¿Un bizcocho con menos calorías?

¿Es posible tener un bizcocho con menos calorías y un sabor igual que los de toda la vida? Un grupo de científicos de la Universidad Politécnica de Valencia piensa que sí…

Bizcocho que no engorda
Foto: ABC.es

Los amanes de los bizcochos y la cocina se van a sorprender tanto como nosotros cuando lean lo que viene a continuación: nace un bizcocho, creado en un laboratorio, que engorda menos de lo habitual. ¿Es posible conseguir un bizcocho con menos calorías y sin perder sabor?

Tiene un 20 % menos de calorías y sus creadores, científicos de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), nos cuentan el secreto: sustituir las grasas por inulina, una fibra natural que proviene de la raíz de la achicoria. El resto de la preparación es igual que siempre.

Los investigadores sustituyeron el 70 % del aceite por inulina y según 60 catadores no hay diferencias significativas de sabor entre estos bizcochos y los tradicionales.

¿Cuál es la receta de este bizcocho con menos calorías?

Al igual que cuando se prepara un bizcocho convencional, se montan las claras a punto de nieve –durante dos minutos- y poco a poco se va añadiendo, siempre con el robot de cocina en marcha, el azúcar, las yemas con el acidulante y la mitad de la leche.

Después la harina, el bicarbonato y, para terminar, el resto de la leche con el aceite y la inulina. Se hornea durante 40 minutos a 160 ºC  y ¡listo!

Cocina y ciencia…

El objetivo de este estudio es aplicarlo a galletas, bizcochos y magdalenas comerciales con el fin de vender productos más saludables y ayudar a frenar la epidemia de obesidad que estamos viviendo.

Nos parece una noticia curiosa e interesante, aunque nosotros pensamos que la mejor forma de acabar con la obesidad es aprender a comer bien, disfrutar de comer sano y entender el consumo de dulces como algo ocasional, no a diario, independientemente del postre que se consuma.

Por eso animamos a todo el mundo a preocuparse por lo que come y a meterse en la cocina porque es invertir en salud, en ahorro y una forma de demostrar cariño y aprecio por los que están a nuestro alrededor. ¿Qué hay mejor que esto?

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