Restaurante: El Riscal, Segovia
Hace unos meses vimos el reportaje “De lo bueno, lo mejor” de TVE en el que apareció, entre otros lugares, el restaurante El Riscal y su carne de buey, en ese momento decidimos que ésta sería nuestra próxima escapada gastronómica.
Y la verdad es que mereció la pena organizar una excursión familiar a Segovia, más concretamente a Carbonero el Mayor a probar esta carne. ¡Fue una comida espectacular!
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¿Por qué decidimos ir a comer a El Riscal?
Pues porque es un restaurante especializado en carne de buey, lo que ellos llaman CaBu. Aunque en muchas carnicerías y restaurantes nos ofrecen “carne de buey” en realidad se trata de carne de vaca.
Los dos hermanos, dueños del restaurante, compran bueyes en diferentes lugares de España para criarlos en su finca. Cuando los animales alcanzan el peso y la edad adecuados, los sacrifican y sirven su exquisita carne en El Riscal. Es el único restaurante de toda España donde se puede probar auténtica carne de buey certificada.
Amantes de la carne como somos en casa, decidimos que teníamos que visitar Carbonero el Mayor, en Segovia, y probar esta delicia.
¿Qué platos probamos?
Todavía estábamos en temporada de níscalos así que el maître nos propuso tomar un revuelto de níscalos con jamón ibérico y un carpaccio de CaBu con veta de foie e ibérico para comenzar. Ambos platos estaban exquisitos.
El plato fuerte de la comida, como no podía ser menos, fue su plato estrella: CaBu a la teja. Es decir un plato de carne de buey para dos personas que se cocina en la propia mesa con un plato de barro previamente untado con grasa de buey.
Todo ello lo regamos con un vino tinto Ribera del Duero que, muy acertadamente, nos propusieron en el restaurante.
Y de postre…
¿Qué sería una comida sin postre? Para los golosos es imprescindible un buen postre. Optamos por tomar algunos postres un tanto diferentes:
“Recuerdo de la infancia”, “Flor de pastel de queso con frambuesa” y “Recolectando resina en el pinar”.
El primero de estos postres era una crema parecida a una crema inglesa con plátano y galletas tipo María trituradas, sencillamente delicioso. La idea era evocar a los dulces que tomábamos cuando éramos pequeños.
El segundo era una mousse de queso muy ligera, ideal para poner el broche final a una comida contundente.
Y el tercero, decididamente fue el mejor de todos, era un postre que habían creado en el restaurante rememorando los pinares que rodean al pueblo.
Se sirve en un vasito que está ubicado sobre una tabla de pino, decorada con miel –que imita a la resina- virutas de chocolate y piñones.
El vasito contiene un dulce exquisito. Era un postre ligero como si de una cuajada se tratase pero más dulce y con un sabor espectacular. Si visitáis este restaurante, es obligatorio pedirlo, aunque no seas muy goloso. ¡Te encantará!
El restaurante
Si no lo conoces, desde fuera este restaurante parece uno de los muchos asadores que encontramos en la carretera en los pueblos de Segovia. Sin embargo, cuando entras, te das cuenta que no es un asador convencional.
Es un excelente restaurante con una carta que cuenta con platos originales basados en la cocina tradicional.
Nosotros comimos allí un sábado de otoño y el restaurante estaba lleno. Cuenta con dos comedores de una capacidad de 80 personas cada uno y otro comedor en la parte de abajo. También dispone de un comedor privado, la Bodega, donde hay una vinacoteca con más de 160 vinos de las principales Denominaciones de Origen nacionales.
En definitiva, es un sitio más que recomendable. Merece la pena organizar una escapada a Segovia y pasar a comer a este restaurante.
- Valoración: Buena.
- Precio medio: 40-45 euros/ persona
- Más información: Restaurante El Riscal
- Última visita: Junio 2012
Hola Santi,
Ya nos contarás qué te parece la carne de CaBu. Eso sí, reserva porque tienen el restaurante lleno.
Un abrazo.
Pues voy a probar el CaBu del Riscal, ya os contaré qué tal…