Restaurante Sánchez-Beato, en Toledo

Restaurante Sánchez-Beato. Sala

Nos vamos a comer al restaurante Sánchez-Beato, en Toledo. Un concepto diferente que merece la pena conocer si visitas la ciudad. ¿Te vienes?

Víctor Sánchez- Beato, cocinero y dueño de este restaurante, ha puesto en marcha un concepto diferente y único en Toledo que suele sorprender a todo el que se anima a conocerlo. Una barra para 16 comensales donde sirve un menú ciego que cambia en función de la estación y la temporada, que no conoces a priori, igual para todos y donde los platos se terminan frente al comensal.

Esta propuesta está inspirada en las barras típicas de Japón que el chef ha traído a territorio patrio y donde propone una cocina de mercado, con productos de la zona a los que les da su toque personal. El resultado es un menú sabroso, bien hilado que, combinado con la parte de espectáculo, donde ves a Víctor terminar y emplatar todo a la vista, hacen que se viva una experiencia muy agradable.

El menú consta de cuatro aperitivos en formato finger food (para comer con las manos), tres entrantes, un pescado, una carne y un postre. El precio es de 45,5 € y las bebidas no están incluidas. Ofrece la posibilidad de maridar el menú por 24 € adicionales por comensal. Te contamos qué platos hemos probado nosotros y qué nos han parecido.

¿Qué platos hemos probado en el restaurante Sánchez-Beato?

El menú que nos propuso Víctor para una comida de verano empezó con los siguientes cuatro aperitivos: su versión de la gilda, con aceituna líquida, muy original y sabrosa; su interpretación del mejillón tigre, con concha comestible, me parece un bocado delicioso; el nigiri de tocino ibérico está rico y el cuarto bocadito es un sándwich de turrón de Jijona e hígado de pato que es adictivo.

Restaurante Sánchez-Beato. Aperitivos

A continuación, el primer entrante fue un gazpachuelo de sopa castellana con huevo curado en soja, un plato fresco que resulta una buena opción para arrancar con los cubiertos.

Restaurante Sánchez-Beato. Gazpachuelo de sopa castellana

Continuamos con un espárrago con una original mayonesa elaborada con huevo frito, servido con virutas de hígado de pato y caviar. Una combinación de sabores un tanto diferente para servir los clásicos espárragos blancos con mayonesa tan típicos del verano.

Restaurante Sánchez-Beato. Espárrago con mayonesa de huevo frito

Finalmente, para cerrar el apartado de entrantes, Víctor propuso un socarrat de jabalí, elaborado con caldo de sus carrilleras y servido con unas finas lonchas de lomo de jabalí, elaborado como si del típico lomo de orza manchego se tratase.

Restaurante Sánchez-Beato. Socarrat

Para comenzar los platos principales, el cocinero sirvió un bonito rebozado en una sabrosa salsa de tomate, acompañado con crema de escabeche y huevas de tobiko (pez volador) y una salsa elaborada con plancton. Me pareció de los mejores platos de todo el menú.

Restaurante Sánchez-Beato. Bonito en salsa de tomate

Cerramos la parte salada con un lomo de ciervo con salsa de membrillo y aceite de trufa y queso de terrinches a la plancha. Otro de los puntos fuertes de esta comida. La carne estaba tierna, en su punto de cocción y muy bien acompañada por la salsa de membrillo y el queso de la zona.

Restaurante Sánchez-Beato. Lomo de ciervo

Acompañamos el menú de unas copas de Godello y de una botella de Gramona III lustros que fue una gran compañera de toda la parte salada.

Como broche final, de postre tomamos su clásico y delicioso pastel cremoso de mazapán acompañado de salsa de queso y maracuyá (era uno de sus imprescindibles en Locum). Lo acompañamos de unas copas de vino dulce elaborado con uvas de la variedad pedro ximénez de bodegas Lustau.

Restaurante Sánchez-Beato. Pastel cremoso de mazapán

¿Qué nos parece el restaurante Sánchez-Beato?

Tal y como hemos apuntado al comienzo de este artículo, la propuesta del chef Víctor Sánchez-Beato es totalmente novedosa en la ciudad y una gran opción para los que busquen disfrutar de una experiencia gastronómica diferente.

Todo el mundo come a la vez, el mismo menú (salvo que haya alguna alergia e intolerancia de alguno de los comensales, en cuyo caso el cocinero te adapta la propuesta sin problema) y durante la comida el chef va terminando, emplatando y presentando cada uno de los pases. El menú lo configura en función de la temporada y de lo que encuentra en el mercado y el hilo conductor es una cocina de la tierra con toques actualizados.

Es fundamental reservar con bastante tiempo de antelación -unas tres semanas si se quiere comer en fin de semana- ya que al tener plazas reducidas suele estar completo.

En definitiva, se trata de un restaurante gastronómico con una propuesta original y diferente y una buena cocina. Merece la pena conocerlo para vivir una experiencia diferente disfrutando de la cocina típica de la zona.

  • Valoración: Muy buena.
  • Precio medio: 60 – 70 euros/persona (el precio final dependerá de las bebidas elegidas).
  • Fecha de la última visita: agosto de 2022.
  • Más información: Restaurante Sánchez-Beato

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