Logroño, qué ver y dónde comer en la ciudad
En Logroño la gastronomía y el vino son los protagonistas. Pero hay más, mucho más. ¿Te vienes con nosotros a visitar la ciudad?
La capital de La Rioja sabe a vino y no solo eso, es que su historia está ligada a las cepas, por lo que pasear por ella es caminar por parte de la historia viva del vino.
Esta ciudad ha sido escogida en varias ocasiones como uno de los lugares de España donde sus habitantes viven más felices y no es de extrañar: esta población es cómoda, tiene un patrimonio interesante, se come de maravilla y se bebe mejor (si cabe). ¿Se puede pedir algo más? Sí, al igual que en toda la provincia, sus habitantes son amables y francos y te hacen sentir como en casa durante tu estancia.
Además de disfrutar de una de las rutas de tapas más famosas del país, esta ciudad tiene una visita muy interesante y algunas cosas que merece la pena conocer. Te damos algunas ideas para visitar Logroño.
Índice (acceso rápido al contenido)
Una ruta por Logroño
En el mapa que mostramos a continuación, está la ruta turística por Logroño que proponemos.
Leyenda:
- En azul y con el icono de la cámara de fotos están los monumentos y puntos de interés.
- En rojo y con el icono de la cuchara y el cuchillo sitios y zonas donde comer.
- Y en naranja y con un icono de una copa la bodega que proponemos visitar.
1. La calle Portales
Una buena forma de comenzar la visita a la ciudad es hacerlo en la peatonal calle Portales, la principal arteria del casco antiguo. Al comienzo verás una chimenea enorme, perteneciente a la antigua tabacalera.
Dando un agradable paseo por esta calle te encontrarás con la concatedral Santa María la Redonda que, como salta a la vista, de redonda no tiene nada. Su nombre viene de la antigua iglesia románica sobre la que se construyó. Sus torres, a las que llaman gemelas, tampoco son iguales, ya que una es un par de metros más alta que la otra.
2. Una parada en El Espolón
Si continúas por la calle Portales hasta el final y giras a la derecha, te encontrarás con El Espolón. Se trata del parque más famoso de la ciudad, que data de comienzos del siglo XIX y que está presidido por la estatua de Espartero, que estaba casado con una logroñesa.
Se llama Espolón porque es el nombre que recibía cualquier plaza pública que estaba ubicada fuera de las murallas. Un lugar perfecto para tomarse un respiro.
3. Puente de hierro y puente de piedra
Volviendo sobre tus pasos y caminando en dirección opuesta al Espolón, llegarás hasta el río y los dos puentes más significativos de la ciudad: el puente de hierro y el de piedra.
El puente de piedra es uno de los emblemas de la ciudad, de hecho el escudo de Logroño incluye este puente sobre el río Ebro con sus tres torres de defensa. El puente de hierro es el otro puente más famoso de Logroño. Fue construido por la compañía Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona en 1881.
4. Calle Ruavieja y los calados del vino
Desde el puente de piedra cogerás la calle Ruavieja, una calle que es historia pura de la ciudad. Aquí se encuentran sus monumentales calados, que es la forma en que se llaman en La Rioja a las bodegas ubicadas bajo las casas.
En el número 29 está el famoso calado de San Gregorio que data del siglo XVI, tiene una longitud de 30 metros y bóveda de cañón, todo de piedra de sillería. También llama la atención el calado del antiguo palacio de los Yanguas – que ahora es el Centro de la Cultura del Rioja- y las ruinas del Espacio Lagares.
Esta zona era tan importante, que una ordenanza municipal de 1583 prohibió el paso de los carruajes herrados por la calle Ruavieja para no perturbar el descanso de los vinos en los caldos.
Esta calle también tiene un gran número de peregrinos, ya que forma parte del Camino de Santiago.
5. Iglesia de Santiago y plaza de la Oca
Al final de la calle Ruavieja te encontrarás con la plaza de la Oca, cuyo nombre viene del gran juego de la oca que hay en el suelo. Está ubicada al lado de la iglesia de Santiago, el tablero es una alegoría de Camino de Santiago y en cada casilla se representan los municipios por los que pasa el Camino de Santiago en La Rioja.
La iglesia de Santiago es la parada por excelencia de los peregrinos. Dentro de la misma está la Virgen de la Esperanza, patrona de la ciudad.
6. El Parlamento de La Rioja
Cruzando por la calle de Santiago a la calle Marqués de San Nicolás te encontrarás con el Parlamento de la Rioja, otro edificio emblemático. En sus inicios fue el Convento de la Merced (aún conserva su portada barroca del siglo XVII) y, después, fue transformado en fábrica de tabaco (la de la chimenea que encontrarás en al principio de la calle Portales).
7. Muralla y puerta del Revellín
Justo al lado del Parlamento está la puerta del Revellín, se trata de la puerta oeste de acceso a Logroño y la única que aún queda en pie. Junto a ella quedan restos de la muralla del siglo XVI que protegía la ciudad.
También está el cubo del Revellín, que es el edificio de planta circular que hay junto a la puerta. Fue un regalo del emperador Carlos V a la ciudad por su resistencia a las tropas franconavarras en 1521. Se trata de un pequeño fuerte de estructura cilíndrica que albergaba cañones en la parte superior y cuya parte inferior se usaba de almacén de municiones y polvorín.
8. Una parada en la calle Laurel o “la senda de los elefantes”
Después de este paseo por la ciudad toca reponer fuerzas y hay que parar en la famosa calle Laurel o como se la conoce tradicionalmente: “la senda de los elefantes”, porque es muy fácil salir de allí “trompa” y a cuatro patas como estos animales…
En esta calle y en la aledaña Calle de San Agustín están las mejores tascas y tabernas de la ciudad. Unos 60 establecimientos para tomar los pinchos más típicos de la gastronomía riojana. Los más famosos son los rotos o los champiñones, pero hay muchas opciones más. Y, por supuesto, hay que acompañar estas tapas con un vino de la zona.
9. Visita a una bodega
Ir a Logroño y no ver una bodega es un pecado mortal. En nuestro caso quisimos ver una bodega centenaria dentro de la ciudad y apostamos por visitar Bodegas Franco- Españolas. La experiencia nos encantó y fue una forma muy interesante de conocer más sobre la historia de la ciudad y del vino.
10. Otra propuesta para comer…
Aunque la calle Laurel era una gran alternativa, nosotros preferimos probar la comida tradicional de un restaurante de la ciudad. Elegimos La cocina de Ramón, un lugar donde la cocina tradicional manda, con platos de mercado y de la zona y a los que Ramón Piñeiro, su propietario y chef, da su toque personal.
Hola Antonio,
Creo que fue por un problema del gestor de publicidad. ¡Muchas gracias por avisar! En principio ya debería estar resuelto.
Un saludo.
Entiendo la publicidad, pero no tan invasiva que no te deje leer el post.
Este comentario lo he tenido que redactar, copiar y pegar porque en la página era imposible…
Gracias por escucharme