Ruta por la Toscana: Pisa
Llegamos a la última parada de nuestra ruta por la Toscana: Pisa. Una ciudad muy cómoda y perfecta para conocer en una jornada (o en unas horas).
Pisa y su famosa torre inclinada o pendente son un clásico de la Toscana, casi tan famosos como esos maravillosos paisajes entre viñedos y las ciudades y pueblecitos medievales que hemos disfrutado durante todo el viaje.
Pisa es una ciudad cómoda, con ambiente universitario y que tiene un paseo muy entretenido. Además es fundamental, por supuesto, hacerse la obligada foto de rigor sujetando la torre y darse una vuelta por la Plaza de los Milagros, la turística zona que aglutina el duomo, el baptisterio y la torre.
Hay muchas excursiones que colapsan la plaza durante todo el día. Por lo que si estás en la ciudad por la tarde- noche, merece la pena dar una vuelta por esa zona a partir de las 20 horas, cuando han desaparecido las excursiones organizadas que toman la ciudad. Nosotros como pasamos la última noche allí, no lo dudamos y nos fuimos a dar un paseo tranquilo por Pisa. Merece la pena conocerla con algo menos de movimiento.
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Qué ver en Pisa
Estos son algunos puntos de interés de la cuidad que no puedes perderte:
Plaza de los Milagros (Piazza dei Miracoli)
Aquí se encuentra el conjunto monumental más famoso e importante de la ciudad. En ella está el duomo o catedral de Pisa con su imponente fachada de mármol blanco y gris de estilo románico.
La torre de Pisa que, en realidad, es la torre de la catedral. Se puede subir a la parte alta (294 escalones tienen la culpa) para ver las vistas. Si lo haces, es importante comprar las entradas con antelación o tendrás que esperar una cola brutal para subir. Es curioso porque lo más famoso de esta torre (su inclinación) es resultado de un fallo arquitectónico. Se levantó en un terreno arenoso y empezó a inclinarse antes de que terminase su construcción.
Y el tercer monumento de esta plaza es el baptisterio, que está dedicado a San Juan Bautista y que fue construido en 1363. Se trata del baptisterio más grande de Italia y, al igual que la catedral y la torre, se puede visitar.
Plaza de los Caballeros (Piazza dei Cavalieri)
Desde la Plaza de los Milagros puedes salirte del jaleo turístico y empezar a perderte por las callejuelas de la ciudad y llegar hasta esta plaza, una de las más importantes de Pisa. Ahí se encuentra el Palazzo della Carovana, un edificio con una fachada que te va a sorprender. En esta plaza también está la Iglesia de Santo Stefano dei Cavalieri y el Palazzo della Canonica.
Callejeando por Pisa
Desde la Piaza dei Cavalieri se puede ir a la Piazza Danti Alighieri, una de las zonas universitarias de la ciudad por excelencia. Encontrarás una plaza con jardines y barecitos y terrazas para tomar algo en buen ambiente. Aquí está el Palazzo della Sapienza, que es la facultad de Derecho y la biblioteca principal de la Universidad de Pisa.
De ahí sigue paseando hasta Borgo Stretto, una zona de edificios porticados con mucho encanto y actividad. Una calle para conocer la vida de la ciudad. También está llena de pequeños bares y restaurantes para hacer una parada técnica a reponer fuerzas. Y de ahí, bajando, hacia el río llegarás a la Piazza Garibaldi.
Un paseo por el río Arno
Para terminar de saborear Pisa no puede faltar un paseo a orillas del río Arno al atardecer. Cruza el Ponte di Mezzo y camina por la ribera del río, encontrarás los famosos edificios de colores que contrastan con la fachada de mármol blanco de la iglesia de Santa María della Spina.
Dónde comer en Pisa
Para comer bien en Pisa hay que alejarse de todos los bares y restaurantes que circundan la Plaza de los Milagros. Son verdaderas trampas para turistas.
Nosotros fuimos a Osteria dei Cavalieri (Via S. Frediano, 16) un restaurante ubicado junto a la plaza del mismo nombre donde disfrutamos de una comida deliciosa.
Es importante saber que este restaurante lo frecuentan los locales y, por tanto, suele tener mucho jaleo, abre a las 12:30 y hay cola desde 5 o 10 minutos antes. Por lo tanto, es interesante ir a primera hora para conseguir mesa.
Disfrutamos de una deliciosa comida casera con dos entrantes, dos segundos y un postre. Nos tomamos media botella de vino de la zona, una de agua y dos cafés y nos invitaron a dos chupitos de un licor toscano a base de limón (limone) muy rico. Todo ello nos costó 36 euros/ persona. Un buen sitio para disfrutar de la comida tradicional de la zona a un precio muy razonable.
Y así terminó nuestra ruta por la Toscana. Con grandes paisajes que se quedarán grabados en nuestra retina para siempre, una gastronomía que disfrutamos de lo lindo y muchos nuevos vinos que probamos (y nos llevamos en la maleta). Un viaje para disfrutar con todos los sentidos.