Restaurante Locum, en Toledo – CERRADO

Nuestra amiga Ana nos habló hace algún tiempo de un restaurante en Toledo que merecía la pena: el Locum. En su página web vimos que su carta ofrecía la comida tradicional de la zona, con guisos y caza a la cabeza, preparados con un toque moderno.

Es un restaurante que merece la pena: utiliza ingredientes de calidad, los platos están muy bien elaborados, el ambiente es muy acogedor y el trato exquisito.

El restaurante

Este restaurante está ubicado en pleno casco antiguo de Toledo, muy cerca de la catedral, por lo que está muy bien situado para todos los que quieran reponer fuerzas después de una mañana turística por la ciudad.

Cuando entras por primera vez a este restaurante te quedas muy gratamente sorprendido al ver que estás en una antigua casa toledana del siglo XVII.

En un ambiente tranquilo y muy agradable puedes degustar los platos típicos de la zona cocinados con un toque moderno y creativo.

¿Qué platos probamos?

Estando en Toledo, los guisos y la caza son imprescindibles, y la carta así lo dejaba claro. Para abrir boca, mientras preparaban nuestros platos, en el restaurante nos sirvieron unos vasitos de espuma de ensaladilla con ensalada de pescado y huevas de salmón, que fueron una delicia.

Además, nos sirvieron un aceite de Valdelagua, en Yepes, para degustarlo mientras llegaban nuestros platos.

Los primeros platos, exquisitos. Probamos los callos como se presentan en la carta “cocinados a nuestra manera” y hemos de decir que eran excelentes, un guiso delicioso.

También probamos la vieira, acompañada de puré de patata y avellana y yema trufada, nos encantó. Los ingredientes de primera calidad, todos ellos muy bien cocinados.

Los platos fuertes elegidos fueron el bacalao confitado con guiso meloso de Potaje de Vigilia, siendo estas fechas había que ir probando los platos típicos de Semana Santa, y también nos gustó mucho.

Y el cordero deshuesado con Pedro Ximénez y cebolla roja, absolutamente delicioso. Todo ello lo regamos con vinos blancos y tintos de la región.

Antes de que llegase nuestro postre, nos sirvieron unos vasitos muy refrescantes de manzana verde con gelatina de eucalipto que nos sirvieron para prepararnos para la llegada del dulce.

De postre optamos por lo típico de la zona: el mazapán. Tomamos un pastel de mazapán acompañado de un helado de queso y arándanos que puso el broche final a una comida deliciosa.

Y para terminar, unos cafés acompañados de un vasito de crema de melocotón con espuma de leche merengada y unos chocolates caseros deliciosos.

¿Recomendable?

Decididamente sí. Por la cocina, platos de siempre con un toque de autor; por el trato, amable y muy correcto; y por el enclave, en pleno centro de la ciudad en una antigua casa toledana.

Es un lugar perfecto para una comida o cena familiar donde probar las recetas típicas de la zona con un toque de autor.

Otra cosa que llama la atención de este restaurante es que en él están expuestas las obras de diferentes pintores de la zona que se pueden contemplar y también adquirir. Pasarás una velada muy agradable.

• Valoración: Muy buena.
• Precio medio: 40 – 50 euros/persona.
• Fecha de la última visita: marzo de 201

Otros restaurantes de Toledo que no te puedes perder:

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